Se cumplen 100 años de la proyección de 'Fantasmagorie', una cinta de menos de dos minutos del francés Emile Cohl que supuso el inicio de un nuevo género cinematográfico con infinitas posibilidades creativas.
Acaban de cumplirse cien años de la proyección pública de la primera película de dibujos animados de la historia del cine, Fantasmagorie. Se trata de una cinta de 36 metros de longitud y una duración de 1 minuto y 57 segundos en la que aparecen varios personajes de línea simple animados sobre papel en película de alto contraste realizada por Emile Cohl.El creador de la cinta comenzó su carrera en Francia para trasladarse después a Gran Bretaña y más tarde a Estados Unidos, donde se convirtió en uno de los primeros cineastas europeos en emigrar hacia la futura Meca del Séptimo Arte y contribuyó al desarrollo de la animación cinematográfica junto a George McManus, con quien colaboró en la primera serie de dibujos animados. En Fantasmagorie, que gracias a las nuevas tecnologías puede encontrarse fácilmente en internet, Cohl nos presenta a un simpático personaje que, tras destrozar el frondoso sombrero de la señora que se sienta delante de él en el teatro impidiéndole la visión, sufre una serie de peripecias surrealistas que le llevan desde el enfrentamiento con una botella de champán a una siesta sobre la trompa de un elefante. Para el historiador de cine Giuseppe Lo Duca, "la idea de Emile Cohl no fue solamente una intuición, sino el comienzo de un arte que él llevó tan lejos como los medios de la época se lo permitieron, e incluso hasta los límites extremos de lo cómico y de lo surrealista". El francés, que está considerado el más directo antecesor de la animación moderna, murió arruinado y en la indigencia en 1938 a causa de un desgraciado accidente en el que su barba se incendió con la llama de una vela en el asilo en el que estaba recluido. En cualquier caso, aunque Fantasmagorie es considerada como la primera película de animación, hay también quien reserva este mérito para el aragonés Segundo de Chomón, que en 1905, diez años después del nacimiento oficial del cine, realizó dos películas, un documental, Eclipse de sol, y una animación titulada El hotel eléctrico. Otro de los grandes pioneros es Georges Mélies, que en 1902 entró por derecho propio en la historia del cine con su genial Viaje a la luna. Gran rival de Chomón, que se trasladó desde Barcelona a París para competir con él, el francés también utilizó en sus películas numerosos efectos especiales realizados a partir de las técnicas de la animación. Pero si el cine de animación nació en Francia, fue en Estados Unidos donde alcanzó su pleno desarrollo. Fue allí donde Earl Hurd patentó en 1915 la técnica del cells, hojas transparentes de celuloide sobre las que se dibujaba para superponer imágenes en movimiento sobre un fondo fijo. Un sistema perfeccionado después por el canadiense Raoul Barré, que utilizó por primera vez la técnica de perforar los márgenes de los dibujos para asegurar la estabilidad de las imágenes.Después llegarían los hermanos Max y Dave Fleischer, inventores del rotoscopio, un ingenio que permitía superponer personajes animados sobre personajes reales, y otros creadores de personajes que alcanzaron una inmensa popularidad como el payaso Coco, la irresistible y glamourosa Betty Boop o el inolvidable Popeye. Los Fleischer fueron los principales competidores del que, con el tiempo, se erigiría en rey indiscutible del cine de dibujos animados, Walt Disney, que al principio también encontró una fuerte competencia en Otto Messmer, el creador de Félix el gato y precursor de los animales antropomórficos que, como sucedió con el ratón Mickey, tanto éxito otorgarían a Disney.
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