No sé si os habéis dado cuenta, pero hemos terminado el rodaje de "La nota" ¡¡en sólo tres jornadas de filmación!!
Esto no hubiera sido posible sin un equipo tan bien afinado como el que ya componemos. Sin comportamientos ególatras ni ridículas ansias de protagonismo. Todo funciona a la perfección, cada cual cumple su cometido con agrado y siempre hay buenas sensaciones entre nosotros. Da igual quienes formemos ese día el equipo. Y, cuando se incorpora algún compañero nuevo, esta dinámica le ayuda a integrarse en sus funciones como una naturalidad que facilita mucho las cosas.
Durante esta última jornada de rodaje, estuvieron muy bien Geraldine y Paco ante la cámara. Geraldine decía que no tenía mucho mérito porque era muy fácil su cometido. Pero, en realidad, eran ellos quienes lo hacían fácil con su madurez ante la cámara y con la capacidad que han demostrado para captar el personaje a la perfección.
Así es muy cómodo dirigir una película. Juan José se estrenó en un rodaje y, además de ser muy útil su ayuda, nos volvió a embobar a todos con sus reflexiones cinéfilas.
También es de justicia destacar la excelente acogida de que hemos sido objeto en casa de Isabel. Un rodaje en una casa es como si entraran los hunos a caballo. No queda títere con cabeza. Isabel, Irene, Mabel, Carmen..., no sólo nos han soportado sino que han ayudado y, además, hasta nos han agasajado con sabrosas viandas y refrescos. Gracias por todo. En realidad, durante la jornada de ayer únicamente echamos de menos las risas de Yésica, tan celebradas la tarde anterior. Y el piano de José Manuel, aunque ayer no fuera día de oír música sino de avanzar en el rodaje.
Tuvimos tanto trabajo que casi no hicimos fotos. Aun así, ahí os dejo unas cuantas, en una de las cuales Geraldine aparece convertida en una especie de bellísima Gioconda. Si partimos de semejante base, ¿cómo van a salir mal las cosas?
Hasta pronto,
Pepe Villalba
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