lunes, 24 de diciembre de 2007

Feliz Navidad

Desde las personas que hacemos el blog queremos desearos a todos unas felices fiestas, con el deseo de que el año que viene venga cargado de muchas horas de trabajo delante y detrás de la cámaras.

Y Recordar que vosotros hacéis grande el cine.

Feliz Navidad.



miércoles, 19 de diciembre de 2007

LA DAMA DE HONOR (La demoiselle d'honneur)


Dirección: Claude Chabrol.


Países: Francia y Alemania.


Año: 2004.


Duración: 110 min.


Género: Thriller, drama.


Interpretación: Benoît Magimel (Philippe), Laura Smet (Senta), Aurore Clément (Christine), Bernard Le Coq (Gérard), Solène Bouton (Sophie), Anna Mihalcea (Patricia), Michel Duchaussoy (Vagabundo), Suzanne Flon (Sra. Crespin), Eric Seigne (Jacky), Pierre-François Dumeniaud (Nadeau).Guión: Pierre Leccia y Claude Chabrol; basado en la novela de Ruth Rendell.


Producción: Antonio Passalia, Patrick Godeau y Alfred Hürmer.


Música: Matthieu Chabrol.


Fotografía: Eduardo Serra.


Montaje: Monique Fardoulis.


Diseño de producción: Françoise Benoît-Fresco.


Vestuario: Mic Cheminal.


Sipnosis

Philippe (Benoît Magimel), de 25 años, es un chico normal, atractivo, que vive con su madre y dos hermanas más pequeñas en un barrio tranquilo de las afueras y que acaba de empe-zar a trabajar con un contratista inmobiliario. En la boda de su hermana, se siente atraído por su dama de honor, Senta (Laura Smet), se trata de un amor a primera vista, pero Sen-ta no ama como los demás. Su pasión envuelve y consume a Phi-lippe. Más tarde ella declara que, como prueba de su amor mutuo, deberían matar a un completo extraño...



CRÍTICA por David Garrido Bazán
Chabrol en estado puro


Con el cine de Claude Chabrol pa-sa lo mismo que con otros autores consagrados y poseedores de un esti-lo personal, propio y reconocible co-mo pueda ser Woody Allen, Wong Kar-Wai o el mismísimo Clint East-wood, por citar a tres directores que poco más que eso pueden tener en común. Asistir a la nueva propuesta de un director cuya filmografía hemos no sólo seguido con interés a lo largo de las últimas décadas, sino muy a menudo devorado con cierta delecta-ción, es algo así como llegar a casa y ponerse un par de zapatillas viejas, de esas que tenemos más que vistas, desgastadas de tanto uso, pero que son mucho más cómodas que cualquier otra cosa y que se ajustan a nuestros doloridos pies a la perfección. Todo está de nue-vo ahí: el universo en engañosa calma de una pequeña ciudad de provincias, la familia burguesa con sus pequeñas miserias cotidia-nas y sus siempre mal disimulados secretos de cuyo ámbito siem-pre salen los protagonistas de sus historias, el crimen como esqui-va justificación argumental para contar cosas que interesan mucho más a la afilada mirada de este director y, por supuesto, el ritmo siempre tranquilo, sin prisas, en el que el aparente "nunca pasa na-da" del escenario que Chabrol va creando ante nuestros ojos pasa de un rutinario mar en calma a una furiosa tempestad que amenaza con devorarlo todo a su paso sin que, en el fondo, su aspecto exte-rior haya cambiado demasiado. Pura esencia del mundo chabrolia-no depurado con el paso de los años y con algún que otro matiz nuevo, lo justo para eliminar la siempre engañosa sensación de que estamos ante la misma película que ya hemos visto antes.
"La dama de honor" ofrece como única pero importante nove-dad frente a anteriores ficciones de Chabrol el análisis lúci-do, y, afortunadamente, nunca moral, de una exacerbada pasión amorosa que, llevada al límite por la peculiar manera de entenderla de uno de los integrantes de la pareja, comporta una se-rie de imprevisibles consecuencias. Tras ese minucioso estudio de la perversidad llamado "Gracias por el chocolate" y la enésima y mucho menos interesante disección de los cadáveres exquisitos que toda familia burguesa de buen nombre guarda en los armarios de su historia que era "La flor del mal", Chabrol fija aquí su mirada en dos personajes absolutamente arrebatados sobre los que articu-la una danza de amor, deseo y muerte que no es que nos sea des-conocida (ejemplos de películas que han retratado pulsiones amo-rosas con visos de conducir a la catástrofe a ambos o a uno de los que la padecen hay a cientos) pero que el director, como el viejo zorro que es, sabe cómo llevarse a su terreno y hacer que encaje a la perfección y de manera coherente con los temas sobre los que ha vuelto una y otra vez a lo largo de su filmografía. No en vano —como "La ceremonia", sin duda una de sus mejores películas— "La dama de honor" está basada en una novela policíaca de Ruth Ren-dell, una escritora cuyo universo y el de Chabrol parecen estar en bastante sintonía a juzgar por los excelentes resultados fílmicos que ha dado su colaboración.


Bien es cierto que "La dama de ho-nor" se toma su tiempo en arran-car: Chabrol se detiene durante los primeros veinte minutos de pe-lícula a hacer una de sus diseccio-nes típicas del principal protago-nista de la historia y su entorno más cercano. Philippe —un correcto Benoît Magimel que tiene aquí la vir-tud de ir de menos a más según avan-za el metraje y que, en cierto modo, vuelve a encarnar a un personaje que pasa por un trance parecido al de "La pianista"— es un joven perteneciente a una familia burguesa de provincias venida un poco a menos, en la que ocupa el papel del hombre de la casa frente a su madre y sus dos hermanas pequeñas, una formal y a punto de contraer matri-monio con un curioso bombero y otra díscola que coquetea con los pequeños hurtos, dos formas que Chabrol parece contraponer en un objetivo común: escapar de ese ambiente familiar más opresivo de lo que parece a simple vista. Philippe es un tipo responsable y serio, tiene un buen trabajo y lleva una vida cómoda. Pero esconde algunas inseguridades: Chabrol las pone de manifiesto con el muy hitchcockiano mcguffin del busto que domina el inicio del filme, un busto que su madre regala primero a un posible pretendiente que en el fondo no está nada interesado en ella y que Philippe recupera después de que éste se haya deshecho a su vez de él. Es intere-sante observar cómo, con fina ironía, Chabrol retrata el carácter ob-sesivo oculto de Philippe a través de la dependencia fetichista que éste tiene con el dichoso busto de Flora, que oculta a la familia y que juega un papel curioso en la historia.
Es entonces cuando hace su aparición Senta (espléndida Laura Smet, sin duda el gran descubrimiento de la película), una de esas mujeres desconcertantes y turbadoras capaces de sugerir con sólo una mirada abismos de pasión tan prometedores como peligrosos. Senta seduce a Philippe y éste se ve arrastrado por la fascinación que despierta en él una mujer que se conduce por el amor desde unos planteamientos tortuosos, incluso sórdidos, opuestos por descontado a los principios por los que Philippe rige su vida. Cha-brol evita cuidadosamente cualquier tipo de enjuiciamiento de tipo moral y se aplica a proporcionar a Senta un trasfondo para enten-der al personaje desde sus propias motivaciones. Desde ese punto de vista juega un papel fundamental el uso de la fotografía por parte de Eduardo Serra (luminosa en los espacios que habita Philippe y mortecina, oscura como ese descenso a los abismos de la pasión y la locura, en el mundo de Senta) y una laboriosa tarea de diseño de producción que contrapone de forma constante la típica casa burguesa que habita Philippe, con su jardín y sus espacios abiertos, y el lúgubre sótano que refle-ja mejor que ninguna otra cosa la enrarecida vida de Senta. Hay de nuevo un gusto por el detalle nada casual como la primera vez que Philippe desciende a esa estancia, por una lóbrega escalera ribe-teada por esas paredes gastadas por el paso del tiempo que son toda una premonición, o la manera en que ese mismo sótano cobra algo de vida según ambos profundizan en su relación o según el es-tado de ánimo siempre cambiante, siempre imprevisible, de Senta.


Chabrol construye un relato en el que se nos muestra cómo una pasión que empieza como pueden empezar tantas otras historias de amor deviene en todo un juego enfermizo y destruc-tivo que acaba por conducir al crimen —crimen cuya resolución, por cierto, poco importa al director más allá del juego argumental que ofrece para lo que verdaderamente le interesa, que es la evolución de sus personajes—. Jugando con el elemento sexual de una manera mucho más evidente que en anteriores películas suyas, Chabrol escarba en los recovecos más turbios de esa pasión y acaba ofreciendo una visión de la misma nada atrayente, sino más bien pesimista: la pulsión amorosa como mo-tor de la vida, sí, pero también de destrucción cuando una de las partes implicadas bordea peligrosamente los límites de la cordura y empieza a hacer demandas desorbitadas.
Llena de infinitos detalles de esos que se dejan caer por la historia con ese aire entre liviano y socarrón, pero que en el fondo conforman la solidez narrativa de la propuesta, "La da-ma de honor" es, además de la película más redonda que Chabrol nos ha ofrecido desde "La ceremonia", la obra más deliberadamente hitchcockiana en los últimos tiempos del di-rector de la Nouvelle Vague al que más reiteradamente se le ha re-lacionado con este director. No es sólo ya que a lo largo del argu-mento uno pueda encontrar referencias más o menos cercanas a películas como "Extraños en un tren" o incluso "Psicosis", sino que la misma puesta en escena apuesta por soluciones estilísticas cuyos referentes apuntan en la misma dirección. Ejemplos de ello hay unos cuantos: ese travelling que sigue el punto de vista subjeti-vo de Philippe en su último recorrido por la casa en busca de Sen-ta; o ese fantástico plano ligeramente inclinado del corredor en la escena en la que Senta visita la casa de Philippe con la excusa de recuperar su vestido (otro elemento que Chabrol convierte en algo muy perverso al final de la película) y fija la mirada en éste mientras su madre abandona la casa anticipando lo que va a ocurrir; o el ya mencionado mcguffin del busto de piedra, cuya única función es re-velarnos la debilidad de carácter de éste y sugerir hasta qué punto su fascinación por Senta tiene que ver en un primer momento con el parecido físico entre ésta y la estatua.


Chabrol sigue con el paso de los años depurando su estilo, que nunca deja de ser tan elegante como apa-rentemente sencillo, y se mantiene fiel a sus constantes de toda la vida. Por ejemplo, se permite la introduc-ción de leves toques de humor irónico (véase el seguimiento de Philippe por parte del policía calvo) que en otro di-rector menos cínico podría resultar de lo más inapropiado en ese tramo final, cuya resolución un tanto atropellada tiene su razón de ser en el hecho de que Chabrol hace ya rato que nos ha contado lo que más le interesaba y el resto no deja de ser para él una simple cuestión de formalidad. Sin duda, el director francés que mejor encarna en la actualidad el concepto del bon vivant ha llegado a un punto en su carrera en el que le importa bien poco in-fringir las reglas si con ello puede seguir disfrutando de esa enorme libertad con la que uno sabe que nos va a seguir ofreciendo histo-rias como ésta, tan coherentes con ese universo chabroliano en el que la normalidad se va transformando lenta pero inexorablemente en algo mucho más inquietante que invita a cierta reflexión. Quizás a alguno no le baste. A mí, qué quieren que les diga, este Chabrol en estado puro, el Chabrol de siempre, me basta y me sobra.

domingo, 16 de diciembre de 2007

Anuncio Absentismo montado y finalizado


El trabajo de estos últimos días se ha centrado en el anuncio contra el absentismo escolar.

El montaje inicial lo realizó María tratando de ajustarse en lo posible al guión previsto. María hizo un excelente trabajo limitado por el hecho de que las imágenes tomadas no permitían administrar los tiempos conforme estaba previsto en el guión. El resultado era muy ágil pero, como tuvo que marcharse, no le dio tiempo a introducir los cambios que le permitirían alcanzar mayor impacto publicitario.

Por esa razón, entre Carlos, José Luis y Juan Carlos emprendieron otro montaje, que dio lugar a un resultado elegantísimo desde el punto de vista cinematográfico. Fue la versión que vimos en el Cinematógrafo durante la "Puesta de Cortos". Entonces, la opinión general fue unánime. El mensaje era demasiado hermético para el público joven (y poco acostumbrado a las sutilezas cinéfilas) al que iba dirigido.

Así que yo he intentado ofrecer una tercera versión. Como en las dos anteriores habían numerosos aciertos, he procurado respetarlos, tomando como base sobre todo el trabajo realizado por María, que me parecía más directo; y, además de acortar la duración, he procurado incorporar más elementos explicativos e impactantes. El resultado pudimos verlo el jueves en el cursillo. A lo largo de la tarde del sábado, he estado puliendo un poco lo que ya vimos y ya lo doy por terminado como está.


Por lo tanto, ahora tenemos ya tres versiones para elegir. Que sean quienes nos encargaron el proyecto los que decidan con cuál de las tres se quedan.

Por otra parte, el domingo tiene previsto rodar los planos finales de "Utnubu" el equipo que encabezan Carlos y Aurelio.

Finalmente, os recuerdo, sobre todo a los que no estuvisteis el último día, que el próximo jueves no habrá cursillo porque estará cerrado el Instituto. Ya no nos veremos hasta el primer jueves después de Reyes. Salvo que un día de estos nos pongamos de acuerdo y vayamos todos juntos a tomar una copita navideña.

Un abrazo,

Pepe Villalba

martes, 11 de diciembre de 2007

LA CEREMONIA (Claude Chabrol)

El próximo viernes podremos disfrutar de esta película en el Cinematógrafo en el Exilio.

TITULO ORIGINAL La cérémonie
AÑO 1995
DURACIÓN 126 min.
PAÍS Francia
DIRECTOR Claude Chabrol
GUIÓN Claude Chabrol & Caroline Eliacheff (Novela: Ruth Rendell)
MÚSICA Matthieu Chabrol
FOTOGRAFÍA Bernard Zitzermann
REPARTO Isabelle Huppert, Jacqueline Bisset, Sandrine Bonnaire, Jean-Pierre Cassel, Virginie Ledoyen

PRODUCTORA Coproducción Francia-Alemania / MK2 Productions S.A. / France 3 Cinéma / Prokino Filmproduktion GmbH / Olga Film GmbH / ZDF

GÉNERO Y CRÍTICA
1995: Venecia: mejor interpretación femenina (Isabelle Huppert & Sandrine Bonnaire) / Drama

SINOPSIS: Jeanne es una curiosa y espabilada empleada del servicio de correos de Saint-Maló. A través de Sophie, una mujer extraña y carente de emociones, encuentra la oportunidad perfecta para entrar libremente en la casa de la señora Leliévre, donde Sophie presta sus servicios como empleada.

Críticas: http://www.filmaffinity.com/es/reviews/1/988842.html

lunes, 10 de diciembre de 2007

Postproducción‏

Este fin de semana ha habido bastante trabajo de postproducción. Entre otras cosas, se han ultimado los retoques que necesitaba el montaje final de "Los amores ilícitos". Aunque las mejoras son muy poco perceptibles, ahora está perfecto.


En enero haremos un DVD que agrupará los cortos que hemos finalizado este año, y nos lo iremos pasando para que todos tengamos una copia de nuestro trabajo. Pero si alguno no quiere esperar tanto, hay un DVD con "Los amores ilícitos" a disposición de quienes quieran copiarlo.


martes, 4 de diciembre de 2007

Normas para el uso de la cámara‏

Pese a que no le estamos dando apenas publicidad a nuestras actividades, la tarea que realizamos empieza a ser conocida.

De ahí que ya hayan sido varios los colectivos interesados en hacer uso de nuestra cámara.

Como sabéis, la cámara se compró a partir de la aportación voluntaria de los miembros del Taller. Cada cual en la medida que su economía se lo permitía.

La adquisición se realizó bajo el compromiso de restringir su uso a los trabajos colectivos aprobados por el Taller y a los ejercicios de aprendizaje que efectuaran los operadores. EN NINGÚN CASO PODRÍA ADMITIRSE SU USO PARA FILMACIONES PARTICULARES DE LOS MIEMBROS DEL TALLER O PARA TRABAJOS AJENOS A NUESTRAS ACTIVIDADES.

Al momento actual, los trabajos en curso que cuentan con el visto bueno del grupo son "Utnubu" y "La nota", que ya ha finalizado su periodo de rodaje. También se ha aprobado la filmación de ciertos acontecimientos con destino a un banco de imágenes que permitirá la futura elaboración de un documental de interés sociológico.

Para ahorrarnos la incomodidad de ofrecer engorrosas explicaciones a aquellos amigos que, por desconocimiento de nuestras normas, se dirigen a nosotros pidiéndonos prestados elementos técnicos, sería conveniente que José Luis, administrador de este blog, incluyera un apartado permanente que hiciera referencia a estas normas, por otra parte bastante comprensibles, dado lo delicado del material y su elevado coste.

Saludos,

lunes, 3 de diciembre de 2007

Hemos finalizado "La nota"‏

No sé si os habéis dado cuenta, pero hemos terminado el rodaje de "La nota" ¡¡en sólo tres jornadas de filmación!!

Esto no hubiera sido posible sin un equipo tan bien afinado como el que ya componemos. Sin comportamientos ególatras ni ridículas ansias de protagonismo. Todo funciona a la perfección, cada cual cumple su cometido con agrado y siempre hay buenas sensaciones entre nosotros. Da igual quienes formemos ese día el equipo. Y, cuando se incorpora algún compañero nuevo, esta dinámica le ayuda a integrarse en sus funciones como una naturalidad que facilita mucho las cosas.

Durante esta última jornada de rodaje, estuvieron muy bien Geraldine y Paco ante la cámara. Geraldine decía que no tenía mucho mérito porque era muy fácil su cometido. Pero, en realidad, eran ellos quienes lo hacían fácil con su madurez ante la cámara y con la capacidad que han demostrado para captar el personaje a la perfección.


Así es muy cómodo dirigir una película. Juan José se estrenó en un rodaje y, además de ser muy útil su ayuda, nos volvió a embobar a todos con sus reflexiones cinéfilas.

También es de justicia destacar la excelente acogida de que hemos sido objeto en casa de Isabel. Un rodaje en una casa es como si entraran los hunos a caballo. No queda títere con cabeza. Isabel, Irene, Mabel, Carmen..., no sólo nos han soportado sino que han ayudado y, además, hasta nos han agasajado con sabrosas viandas y refrescos. Gracias por todo. En realidad, durante la jornada de ayer únicamente echamos de menos las risas de Yésica, tan celebradas la tarde anterior. Y el piano de José Manuel, aunque ayer no fuera día de oír música sino de avanzar en el rodaje.


Tuvimos tanto trabajo que casi no hicimos fotos. Aun así, ahí os dejo unas cuantas, en una de las cuales Geraldine aparece convertida en una especie de bellísima Gioconda. Si partimos de semejante base, ¿cómo van a salir mal las cosas?


Hasta pronto,

Pepe Villalba


sábado, 1 de diciembre de 2007

En la buhardilla‏

La tarde del viernes la hemos pasado en casa de Isabel, haciendo pruebas de luces y preparando la buhardilla.

Al final nos ha quedado un escenario estupendo, perfectamente adaptado al espacio atosigante y repleto de objetos en desuso que se pretendía.

Eso quiere decir que el sábado podremos aprovecharlo para rodar. Tendremos que terminarlo todo el mismo sábado porque el domingo rueda el equipo de "Utnubu" y necesitarán ellos la cámara.

Como veis, la actividad no cesa, todo marcha viento en popa y ya mismo tendremos que reunirnos para decidir, de entre todos los que están esperando, cuál será el próximo proyecto que pongamos en marcha.